Mal aliento: hábitos que lo causan
Mal aliento: ¿qué es?
El mal aliento —también denominado halitosis— es un olor desagradable en el aire exhalado por la boca o por la nariz.
Se trata de un problema mucho más habitual de lo que se puede pensar. Suele tener origen bucal, pero hay un pequeño porcentaje en el que la causa se esconde detrás de dolencias estomacales u otros.
Normalmente ese olor no se percibe por quien lo sufre, de modo que no es sencillo identificarse como una persona que padece halitosis.
¿Qué hábitos pueden influir en el mal aliento? ¿Cómo prevenirlo?
Dieta
La ingesta de alimentos ricos en azúcar es un problema, ya que a las bacterias naturales en tu boca les encanta convertir los dulces en olores.
También debes controlar los alimentos ácidos, ya que pueden debilitar el esmalte dental, y con ello, tus dientes ser susceptibles a infecciones y mal aliento.
Acostúmbrate a comer cada cuatro horas, consumiendo con moderación alimentos ricos en azufre como el brócoli o la cebolla, o en sulfatos, como es el caso del ajo, e incluye en tu dieta cantidades adecuadas de frutas como el kiwi, la piña, los arándanos y verduras de hoja verde.
Café
La cafeína contenida en el café provoca deshidratación, reduciendo la producción de saliva en tu boca, y, menos saliva significa un aumento en las bacterias que causan el mal aliento.
Súmale que las partículas de alimentos que todavía existan desde tu última comida, empiezan descomponerse en el interior de tu boca provocando mal aliento.
Pero, una buena opción, si vas a tomar café, es cepillarte los dientes, usando enjuague bucal y seda dental después de hacerlo.
También puede ser útil tomar un vaso de agua después de cada taza de café.
Alcohol
Aparte de resecar la boca, provoca halitosis temporal.
¿La razón? Parte del alcohol —el que no se elimina a través del hígado— va a parar al torrente sanguíneo a través de la membrana mucosa, y otra parte se elimina a través del sudor, la orina o el aliento.
Estrés
Con el estrés, aumenta tu ritmo respiratorio, y esto puede secar tu boca y traer consigo olores preocupantes en tu aliento.
Si tienes problemas de mal aliento, pese a desarrollar unos buenos hábitos de higiene bucal, consulta a tu dentista —puede que se arregle con una simple limpieza bucal, o un curetaje— o acude a tu médico para que pueda valorar tu caso y establecer un diagnóstico.